top of page

PRINCIPIOS BÁSICOS FUNDAMENTALES DE NUESTRA FE

CREEMOS:

I

Que la Biblia es inspirada por Dios al hombre; por tanto, es nuestra única regla infalible de fe y conducta.  (2 Ti. 3:16-17; 2 P. 1:19-21)

II

Afirmamos que hay un solo Dios verdadero; que es eterno, el Creador del universo y Sustentador de todas las cosas.  El gran “Yo Soy”, que en Su unidad esencial hay tres Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.  (Mt. 3:16-17; 28:18-19; Jn. 14:16-18; 1 Ti. 3:16; 1 Jn. 5:7)

III

Que la responsabilidad principal de todo verdadero creyente, es amar a Dios sobre todas las cosas; tenerlo en primer lugar en todo el

hacer de nuestra vida.  (Mr. 12:30; Mt. 10:37; Lc. 9:23)

IV

Que la segunda responsabilidad de todo verdadero creyente es amar al prójimo como a sí mismo.  (Mr. 12:31; Ro. 13:10)

V

Que el amor entre hermanos es fundamento esencial del Evangelio; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el  

Espíritu Santo que nos fue dado, para que lo pongamos por obra.  (Jn. 13:35; 15:17; 1Co. 13:1-13; Fil. 2:3-4; 1 Jn. 3:15-16; 4:20)

VI

Que todos somos pecadores y estamos destituidos de la gloria de Dios.  (Ro. 3:23; 1 Jn. 1:8, 10)

VII

Que la salvación de una persona se opera cuando tiene un verdadero arrepentimiento de sus pecados, y actuando en genuina fe, acepta la         Persona y el Sacrificio del Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario; confiesa que Jesucristo es su Señor, creyendo, con todo su corazón, que Dios lo resucitó de los muertos.  (Mr. 1:14-15; Ro. 10:8-10; Hch. 17:30-31; 1 Jn. 1:9)

VIII

Que la salvación es una obra de la gracia de Dios, por la fe, no por obras.  Esta maravillosa fe salvadora no la produce el individuo, sino que es un don de Dios.  Entendemos que no hay obra humana que pueda comprar la salvación del alma. (Ef. 2:8-9; Tit. 2:11; 3:4-7)

IX

Que hay un solo Salvador: JESUCRISTO; quien es Dios sobre todas las cosas.  (Jn 14:6; Hch. 4:12; He. 10:10, 14; Ro. 9:1-5; 1 Ti. 3:16; 1 Jn. 5:20)

X

Que hay un solo Mediador entre Dios y los hombres: JESUCRISTO hombre.   (1 Co. 3:11; 1Ti. 2:5; He. 4:15; 7:26)

XI

Que el nuevo nacimiento, la justificación y la regeneración se efectúan por medio de la fe en la Preciosa Sangre del Señor JESUCRISTO. 

 (Jn. 3:3, 5; Ro. 5:1; 1 P. 1:18-19)

XII

Que una vez se produce el nuevo nacimiento, nos convertimos en hijos de Dios; por lo tanto, debemos andar en este mundo conforme a lo que somos.  (Jn. 1:12; Gal. 3:26-27; 5:24-25; Ro. 8:16; 1 Jn. 3:1-2; Col. 3:1-3; Tít. 2:11-12; Ro. 12:1-2; Ef. 5:1-21)

XIII

Que luego del arrepentimiento y la conversión, es necesario el bautismo (Inmersión en el agua), en obediencia al Señor y como un testimonio público de que hemos muerto al pecado, y resucitado con Cristo, para una vida de justicia práctica ante Dios y los hombres. 

(Mt. 28:19; Mr. 16:16; Ro. 6:1-5)

XIV

Que la santificación, subsiguiente al nuevo nacimiento, es la norma de vida que Dios demanda para todos Sus hijos, y que sin santidad nadie le verá.  Que la Santidad que Dios demanda de Sus hijos, es tanto interior como exterior.  (2 Co. 7:1; Ef. 1:4; 1 Tes. 4:7; He. 12:14; 1 P.1:13-16; 

1 Tes. 5:23)

XV

Que siendo que esto es así, nosotros, nos esforzamos por ser hacedores de la Palabra, es decir, nos esforzamos por guardar Sus mandamientos, para no engañarnos a nosotros mismos, según nos enseña el Nuevo Testamento.  (Jn. 14:15, 21; Mt. 7:21; Lc. 6:46; Jn. 15:14; Stgo. 1:22; 

1 Jn. 2:3-4; 5:2-3)

XVI

Que debemos abstenernos de todo aquello que ponga en entredicho, tanto el testimonio personal, como el testimonio de la Iglesia: Esto es,    bailes, carnavales, concursos o cualquier otra actividad que denigre nuestra posición como hijos del Altísimo.  Dios nos manda a ser  irreprensibles (1 Co. 6:12; 10:23; 1Tes. 5:22; Fil. 2:15; 1 Ti. 5:7)

XVIII

Rechazamos todo tipo de vicio tales como: Juegos de azar, loterías, licores, tabaco, drogas, o cualquier otra cosa que ponga en riezgo la cordura y la sensatez, así como la salud del cuerpo.  (Os. 4:11; 1 Co. 3:17; 6:12, 19; 1 Ti. 6:6-11; Fil. 4:19)

XIX

 Que la “Cena del Señor”, al igual que el Bautismo, son mandamientos del Señor, por tanto, deben   ser obedecidos por Su Iglesia.  Sólo podrán participar de la “Cena del Señor” las personas que hayan sido bautizadas.  (Lc. 22:14-22; 1 Co. 11:23-26)

XX

Que la Iglesia está llamada a proclamar el Evangelio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a través de la evangelización.  (Mr. 16:15-16; 

Ro. 10:15) 

XXI

Que los dones del Espíritu Santo son manifestaciones sobrenaturales, para el beneficio del Cuerpo de Cristo y para desarrollar un poderoso evangelismo.  (1 Co. 12:1, 4; 14:1)

​

​

bottom of page